En el ámbito de la consultoría para empresas familiares, uno de los retos más complejos es entender no sólo la estructura formal del negocio, sino las relaciones, tensiones y lealtades invisibles que coexisten en el sistema de la empresa familiar. En este contexto, el genograma familiar emerge como una herramienta clave para representar, analizar y decodificar las dinámicas que configuran estos vínculos.
¿Qué es un Genograma familiar?
A diferencia del árbol genealógico, esta herramienta no se limita a registrar nombres y fechas. Se trata de una representación gráfica que ilustra no solo quién pertenece a la familia, sino también cómo se relacionan entre ellos. Este dibujo recoge información vital: vínculos afectivos, eventos significativos, estructuras relacionales, enfermedades, migraciones, secretos e incluso emociones no expresadas.
¿Para Qué Sirve?
Aplicado en el contexto de una empresa familiar, sirve como una poderosa herramienta para formular hipótesis sobre dinámicas familiares que inciden directamente en el negocio. En consultoría, ayuda a:
- Identificar estructuras de poder y alianzas familiares.
- Detectar patrones repetitivos de conflicto, exclusión o sucesión.
- Comprender los ciclos vitales generacionales y su impacto en la empresa.
- Delimitar el sistema familiar relevante para la intervención.
Identificar estas singularidades —ya sean armónicas o disfuncionales— facilita decisiones más acertadas y procesos de intervención más humanizados.
Cómo se Utiliza en la Práctica
Existen varias formas de trabajar con esta herramienta:
- Autoconocimiento del consultor: permite reconocer sus propios sesgos sobre qué considera una “familia”.
- Entrevistas individuales: cada miembro elabora su genograma, revelando su perspectiva particular del sistema; lo cual es invaluable para entender los distintos puntos de vista dentro de la familia.
- Trabajo colectivo: en fases avanzadas del proceso, puede construirse un genograma consensuado con toda la familia, delimitando el alcance de la intervención y clarificando los vínculos relevantes para el trabajo.
Metodología: El Análisis Genoproyectivo
El genograma se solicita como un dibujo hecho a mano, porque “hay mucho de nosotros en cada trazo”. A través de este ejercicio proyectivo, se recogen señales del inconsciente que permiten observar detalles relevantes como:
- Tiempo de reacción y ejecución.
- Distribución espacial en la hoja.
- Tamaño y forma de los símbolos.
- Inclusión u omisión de ciertos miembros.
- Narrativas que acompañan al dibujo.
Este análisis visual se complementa con una metodología sistémica y proyectiva que busca patrones, errores, repeticiones, secretos y lealtades invisibles. Un trazo, una omisión o un símbolo pueden decir más que mil palabras, siempre y cuando se interprete en diálogo directo con su autor. Sin esta interacción, el genograma no es más que una hipótesis en el aire.
¿Quién debe usarlo?
Consultores, asesores, terapeutas familiares o coaches especializados en empresa familiar pueden integrarlo como herramienta diagnóstica y de intervención, siempre desde un enfoque sistémico y respetuoso.
Conclusión
Esta no es solo una herramienta técnica. Es una puerta de entrada a lo más profundo del sistema familiar. Permite hacer visible lo invisible, comprender los conflictos desde la historia y las emociones, y ofrecer una mirada más rica e integral de los procesos familiares. En el contexto de la empresa familiar, donde la historia personal y el negocio se entrelazan, su valor es incalculable.
¿Quieres perfeccionar tus habilidades como consultor de empresa familiar? Descubre nuestros programas y lleva tu desempeño profesional al siguiente nivel aquí.
Mantente informado de todas las novedades en nuestras redes sociales.