La presencia de la familia política en la empresa familiar es una realidad, a menudo tratada con cierta incomodidad o superficialidad. Sin embargo, para muchas familias empresarias, se convierte en una fuente de tensión cotidiana difícil de abordar si no se cuenta con herramientas adecuadas.
Desde su experiencia como consultor de empresa familiar, Manuel Pavón ofrece una visión clara sobre este fenómeno, y propone soluciones prácticas que parten de la estructura y la organización.
Perfiles de familiares políticos
En su interacción con la familia empresaria, los familiares políticos tienden a asumir, aunque sea de manera involuntaria, uno de estos dos papeles:
- Ecualizadores: son quienes, al recibir los comentarios de su pareja sobre problemas en la empresa familiar, ayudan a suavizar la situación. Escuchan, hacen preguntas, rebajan la tensión.
- Amplificadores: por el contrario, refuerzan el malestar al alentar la confrontación. Frases como “te lo tengo dicho” o “deberías enfrentarte a tu padre/hermano” reflejan esta postura.
Ambas actitudes son comprensibles desde lo humano. El problema no está en ellas en sí, sino en el hecho de que muchos miembros de la familia empresaria llevan los conflictos a casa porque no tienen otro espacio donde tratarlos.
Cuando no hay espacio para hablar, el conflicto se traslada
Uno de los puntos críticos es que muchas veces el miembro de la familia no puede expresar ni ordenar lo que le sucede dentro de la empresa. Esto ocurre con mayor frecuencia en empresas lideradas por hermanos, donde las tensiones del día a día no tienen un canal estructurado para ser abordadas.
Al no contar con un espacio formalizado dedicado al diálogo familiar, no existe un lugar claro para compartir inquietudes. Como consecuencia, el hogar se convierte en el espacio donde esas tensiones se manifiestan, arrastrando involuntariamente a la familia política.
¿Qué podemos hacer?
La solución no está en excluir a la familia política, sino en estructurar canales formales de comunicación que permitan tratar lo que hoy se canaliza de forma informal.
El Consejo de Familia
Este órgano permite que los miembros de la familia empresaria aborden sus diferencias con orden y perspectiva. Evita que los conflictos se trasladen al entorno doméstico, y mejora la toma de decisiones conjunta.
La Asamblea Familiar
La asamblea familiar, celebrada de forma periódica (habitualmente una vez al año), es el espacio donde se informa y se involucra a todos los miembros de la familia, incluyendo a la familia política.
Aquí se comparte la evolución del proyecto, se aclaran malentendidos y se fortalece el sentido de pertenencia.
Con estas estructuras, se reduce notablemente el riesgo de que la familia política interfiera sin querer en asuntos que no debería mediar, y al mismo tiempo, se le reconoce un lugar legítimo dentro del sistema familiar-empresarial.
¿Qué deberíamos evitar?
Muchas veces se tiende a ver a la familia política como un problema en sí. Pero, como señala Manuel Pavón, en la mayoría de los casos lo que ocurre es simplemente que intentan proteger a su pareja desde un lugar emocional.
Ignorar su influencia, o actuar solo cuando ya hay tensiones, no resuelve el fondo de la cuestión.
La clave está en anticiparse: crear espacios, establecer límites claros y compartir información de forma transparente.
Resumen
La familia política forma parte de la realidad de cualquier empresa familiar. Esta puede actuar como un amortiguador o un amplificador de tensiones, dependiendo del lugar que se le haya dado (o no) dentro del sistema.
Organizarse a través de un consejo de familia y una asamblea familiar no solo previene conflictos: también permite que todos —familia directa, política e indirecta— participen desde un lugar claro, estructurado y sano.
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Un artículo de Manuel Pavón.
